Tengo dos móviles, de dos compañías distintas y encuentro que es lo más normal del mundo. Este es un modo absurdo de explicar que las nuevas tecnologías copan mi vida de un modo absoluto. Sin embargo, no puedo decir lo mismo de las personas que viven en otros lugares. Hace unos años Cuba destacó por ser el estado en el que se efectuaba una vigilancia desmedida sobre el uso de Internet y las cosas aunque parezca mentira no mejoran. La llamada brecha digital existe, y aunque algunos obvien todo lo que conlleva los datos están ahí, y la fisura entre los países pobres y los ricos no disminuye con el paso del tiempo. Existen organizaciones que luchan contra este fenómeno social, la cuestión es si nosotros podemos aportar nuestra particular ayuda. Supongo que el punto de partida radica en conformarnos con lo que tenemos, que no es poco y concienciarnos de lo que no tienen los demás.